Coach Nativo Fit Club
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En general, se cree que por tratarse de actividades de corta duración (normalmente una hora), no existe una deshidratación como la que se presenta en deportes de fondo o larga duración como el atletismo o el ciclismo pero esto no es completamente cierto. A través de la sudoración, el cuerpo mantiene una temperatura óptima: el calor se disipa a través de la evaporación de las gotas de sudor de la piel, y esto se traduce en una pérdida directa de líquido y sales en el
cuerpo.
Hidratarse antes, durante y después del entrenamiento es imprescindible para mantener el volumen sanguíneo, regular la temperatura corporal y evitar calambres musculares. Beber no solo agua sino bebidas isotónicas con sodio, potasio, magnesio y calcio, evitan que el cuerpo sufra deshidratación y nos permite dar el máximo en nuestros entrenamientos.
En cuanto a los tiempos de hidratación, es recomendable beber alrededor de 2.5 litros de agua con sales y electrolitos durante todo el día hasta dos horas antes de dormir (para no afectar el descanso). Lo mejor es realizar la mayoría de la ingesta antes y después del entrenamiento, ya que al ser de muy alta intensidad y en su mayoría anaeróbico, se hace difícil la hidratación durante el mismo.
De esta manera se logra que el organismo llegue en condiciones óptimas para enfrentar el WOD o Workout; además, se reduce el riesgo de estrés por calor, se mantiene la función muscular normal y se evita una disminución en el rendimiento.
Sebastian Beltran y Juanita Velasquez
Head Coach Nativo Fit Club
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